4 cuestiones que te convendría saber si eres designado liquidador en una empresa.
Las demandas contra los liquidadores de empresas se han incrementado. Cada vez son más las liquidaciones de empresas que se ven fracasadas y no pueden conseguir el objetivo de pagar a los acreedores. En estos casos, los liquidadores están en el punto de mira.
Primera: no estás obligado a ser el liquidador.
La Ley establece que si la Junta de socios no acuerda lo contrario, serán los administradores que ocupan el cargo en el momento en que se decreta la disolución de la empresa quienes pasen a ser los liquidadores.
Pero eso no quiere decir que, como administrador, estés obligado ya que en esa situación podrías cesar y renunciar a tu cargo.
Segunda: obligaciones iniciales: formular un inventario y un balance.
En un plazo de tres meses, deberás formular el inventario y balance al día en que se acordó la disolución, pero aquí no termina tu trabajo ya que serás el responsable de llevar al día la contabilidad y custodiar los libros y documentación oficial de la empresa, incluso de su correspondencia
Tercera: No te olvides del resto de socios ni, sobre todo, de los acreedores.
Periódicamente deberás informar a los socios y acreedores del estado de la liquidación, no olvides que tu principal función es vender los bienes sociales para pagar las deudas.
Además, si la liquidación dura más de un año, deberás formular las cuentas anuales y un informe detallado que permita conocer la situación de la liquidación.
Cuarta: Si incumples, podrás responder con tu patrimonio.
El cargo de liquidador es más complicado y entraña más riesgos que el de administrador ya que estarás permanentemente vigilado por los acreedores de la sociedad.
El régimen de responsabilidad de los liquidadores es parecido al de los administradores. Por tanto, si como liquidador has incumplido tus obligaciones, estarás en el punto de mira de estos acreedores sociales que podrán pretender que se te derive la responsabilidad por las deudas de la sociedad.
