Cuando la empresa está agonizando el concurso puede ser un instrumento válido para poder sobrevivir.
Concurso: esa palabra maldita.
A pesar de su mala prensa, concurso no es igual a cierre empresarial. El concurso es un procedimiento que se creó, sobre todo, con la intención de favorecer la continuidad de la empresa en crisis, no su cierre.
Su finalidad más importante es la viabilidad de la empresa aunque también, lógicamente, sirve para su liquidación en caso de cese de actividad con deudas.
Actualmente, son muchas las empresas que llevan arrastrando una difícil situación financiera que se está convirtiendo ya en insoportable. Así lo dicen las estadísticas, este año 2013 está suponiendo un record absoluto en la presentación de concursos, con un porcentaje al alza muy importante respecto al año anterior.
Una herramienta válida.
Precisamente para este tipo de situaciones de grave crisis económica empresarial, la Ley prevé la herramienta del concurso.
Mediante este procedimiento, que se tramita ante el Juzgado de lo Mercantil del domicilio social de la empresa, se puede conseguir un acuerdo con acreedores, paralizar las ejecuciones y apremios y garantizar que los recursos que la actividad genera se dedican a atender los gastos necesarios para que, en definitiva, se mantenga el negocio.
Este recurso no sólo se está utilizando en empresa sino también los particulares están cada vez más solicitando sus concursos ante la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones de pago.
Si Ud. empresario se encuentra en una situación parecida debe saber que quizás no esté todo perdido.