Si los resultados de la empresa son malos y no quieres tener problemas, ahora es el momento de actuar.
En unos días, el 31 de diciembre, la mayoría de las empresas cierran el ejercicio social. En muchas de ellas, los resultados económicos de este año, continuando la tendencia de ejercicios anteriores, serán malos. En ese caso, retrasar la toma de decisiones puede costar muy caro.
La clave es actuar a tiempo.
Según la Ley, las cuentas anuales del ejercicio 2013 se deben formular antes del 31 de marzo de 2014 y someter a la aprobación de la Junta de Socios antes del 30 de junio de 2014.
Pero esto no quiere decir, como mucha gente equivocadamente piensa, que hasta esas fechas los administradores no deban tomar decisiones.
Un cierre de ejercicio con pérdidas acumuladas puede hacer que contablemente la empresa se vea inmersa en una causa de disolución legal o incluso que comience a tener dificultades para cumplir con sus obligaciones de pago.
La responsabilidad del administrador viene determinada desde que conozca la situación crítica de la empresa y no puede escudarse en que las cuentas no están todavía aprobadas por los socios. En estos casos, corre grave riesgo de que pueda ser declarado responsable de las deudas de la sociedad.
No queremos ser alarmistas pero si realistas: son numerosas las sentencias que condenan a administradores, con todo su patrimonio, al pago de las deudas de la sociedad, por solicitar el concurso de la empresa o adoptar su disolución de forma tardía. En estos casos, el transcurso del tiempo lo único que consigue es empeorar y agravar la situación.
Asesórate antes de cerrar el ejercicio.
Nuestro consejo es que antes de finalizar el año, cualquier empresa debería valorar los resultados conseguidos y la posible toma de decisiones desde un punto de vista tanto jurídico como fiscal.
Quizás sea el momento de tomar alguna medida y poder dormir tranquilo…