Renuncia al cargo de administrador: una retirada a tiempo es una victoria…
En época de dificultades, una solución inteligente del administrador, para evitar futuras responsabilidades, puede ser la renuncia al cargo. Te explicamos cómo hacerlo…
Nos referimos a aquellas situaciones, muy frecuentes en la práctica, en la que varios de los socios de la empresa forman, a su vez, el órgano de administración de la misma (Consejo de Administración, administradores solidarios o mancomunados, etc.) y entre ellos comienzan a surgir discrepancias y dudas sobre el futuro de la sociedad.
Ojo con la responsabilidad del administrador…
Si la sociedad entra en una dinámica negativa y comienzan las dificultades económicas, los administradores estarán en el punto de mira pues, si incumplen con sus obligaciones legales, podrán ser declarados responsables a título personal del pago de las deudas sociales.
La renuncia como medida libre (y preventiva)
En estos casos, si no se vislumbra un acuerdo de socios que ofrezca una solución, y la sociedad está abogada a un final poco feliz, la renuncia al cargo de administrador puede evitar problemas futuros.
Los trámites son sencillos, bastará con una notificación fehaciente al domicilio social de la empresa y su presentación posterior al Registro Mercantil para su publicación. A partir de entonces, el socio que renuncia no tendrá ninguna responsabilidad personal lo que pueda suceder en la empresa. Lógicamente, sí responderá de cualquier cuestión surgida cuando ocupada el cargo.
La renuncia, para ser válida, no requiere la aprobación del resto de administradores, basta con que sea notificada.
¿Libertad o irresponsabilidad?
La idoneidad de la renuncia al cargo, por la importancia que tiene la medida, debe valorarse en casa supuesto en concreto para valorar sus pros y sus contras. Consulte antes de tomar estas decisiones.