Cada vez son más habituales las herencias con deudas, te damos las pautas para saber cómo actuar.
En la práctica nos encontramos con dos supuestos en los que los herederos no quieren aceptar la herencia: cuando el fallecido deja deudas de más valor que los bienes que forman la herencia y cuando los herederos no pueden o no quieren pagar los impuestos.
Efectos de la renuncia.
Si se va a renunciar a una herencia lo primero que debe saberse es que la renuncia supone no recibir ningún bien pero tampoco ninguna deuda del fallecido, evitando por tanto el pago de impuestos.
Si vas a renunciar a la herencia, cuidado con los documentos que firmas antes.
Si se ha decidido renunciar hay que tener mucho cuidado con los actos previos a la renuncia pues, si se llevan a cabo, se puede conseguir justo el efecto contrario: que la herencia se considere tácitamente aceptada y ya no pueda rechazarse.
Nos referimos, por ejemplo, a la firma del contrato de alquiler del fallecido o a cualquier disposición de dinero de sus cuentas bancarias. Cualquier acto de esta naturaleza que se realice ejerciendo las facultades de un heredero puede impedir la renuncia posterior.
Cómo se renuncia a una herencia.
Se trata de un trámite muy sencillo, basta comparecer ante el Notario con el certificado de defunción de la persona fallecida y declarar su voluntad de renunciar, firmando la correspondiente escritura.
Una variante a la renuncia: la aceptación a beneficio de inventario.
Muchos de los lectores habrán escuchado este término pero quizás no tengan tan claro lo que supone.
La aceptación a beneficio de inventario es una forma particular de aceptar la herencia en la que el heredero sólo responde de las posibles deudas del causante hasta donde alcance el valor de los bienes que reciba en esa misma herencia. Por tanto, nunca puede deber más de lo que recibe.
Es una buena solución cuando no estén claras las posibles responsabilidades económicas de fallecido. Suele utilizarse en aquellos supuestos en que la herencia tiene bienes suficientes pero en un futuro pueden surgir nuevas deudas derivadas por ejemplo de avales o de inspecciones fiscales.
En este caso, al tratarse de una auténtica aceptación de herencia, si se deberá pagar la parte correspondiente a los impuestos. La tramitación de esta figura es más complicada que la aceptación simple y sí requiere del asesoramiento de un buen profesional.