Hace unos meses el Tribunal Supremo dictó la primera sentencia que abría la puerta a posibles anulaciones de estos productos. Y no ha sido la única… Si eres uno de los afectados te damos las claves para saber si puedes reclamar.
Para que todo lector nos entienda, diremos que una hipoteca multidivisa es una variante de la hipoteca normal que supone, principalmente, que el importe de la cuota a pagar varía continuamente en función de la divisa elegida.
Cuota variable y riesgo de pagar más:
Es decir, el cliente recibe un préstamo del banco de x euros que se ingresan en su cuenta y en garantía de su devolución constituye una hipoteca sobre su vivienda. Esta hipoteca no se paga en euros sino en la divisa elegida, de tal forma que al banco no le devuelve euros sino la moneda extranjera elegida que cambia de cotización y valor continuamente respecto al euro.
Es decir, la cuota mensual no es fija sino que varía en función de la cotización de la divisa y, por tanto, existe riesgo de que la deuda a pagar al banco sea incluso mayor que la contratada al inicio. Ahí está el peligro, podemos encontrarnos ante un préstamo rentable o, dependiendo de la evolución de la divisa fijada, hacer una operación ruinosa.
Nos encontramos por tanto ante una especie de derivado financiero, un producto bancario de complejidad y riesgo, tal como ha señalado el Tribunal Supremo.
¿Hipoteca nula?:
El producto como tal es válido y legal pero, al igual que sucede en todo producto bancario especulativo de complejidad, el banco está obligado a explicar debidamente su funcionamiento y, sobre todo, riesgos de su contratación.
Dicho de otra forma, si el banco no nos informó debidamente de este producto y de sus riesgos, podemos solicitar de un tribunal que declare su nulidad con las consecuencias que explicamos a continuación.
¿Cómo están resolviendo los Juzgados?:
De forma acertada, en esos supuestos de falta de información, cuando el cliente no llegó a conocer realmente el alcance y riesgos del producto, las sentencias anulan la cláusula multidivisa.
La consecuencia práctica es que el cliente quedará obligado a devolver el préstamo aplicando el Euribor y por tanto sin riesgos de pagar más de lo recibido.